jueves, 21 de febrero de 2008


Desde que entramos no nos soltamos de la mano/ Algo más segura ahora/ Una eternidad en un beso/ todo se detuvo de repente, tus manos en mis mejillas y mis brazos rodeando tu cintura y nos miramos a los ojos/ Y ahí estábamos, éramos los de siempre, los mismo que aquella primera vez temblando/ Creciendo/ En ese instante entendimos que siempre seremos nosotros/ Con todo lo que arrastrábamos, los dolores y fracasos. Los golpes contra el piso y las veces que nos levantamos sin mirar las rodillas raspadas/ Con las veces que estiraste tu mano y con tu fuerza me hacías volar alto. Con las veces en que te apoyaba tu cabeza en mi pequeño hombro para que supieras que no estabas solo/ Tus ojos cansados me dijeron que aún estabas ahí, para mí/ Y las ganas de abrazarte fuerte/ Y pensar que sólo fue una piedra más/ Una tormenta que se fue/ Y todo vuelve a ser como antes…como siempre.

No hay comentarios: