
No es tan fácil como parece, no está tan bueno como se ve. No acabó. Pero tampoco se volvió a empezar. Se quebró. Está rajada por donde la mires. Cuesta remendarla. No se llena por esto. Todo se escapa por sus grietas. Nadie lo asume. Nadie se mueve. Acaso no nos damos cuenta que no tenemos que dejar de movernos pensando que si queda todo intacto no se terminará de romper. Necesitamos movernos desde la cabeza hasta los pies, desde adentro hacia afuera. Trabajar. Pero no tenemos ni la mínima idea de donde sacar suficientes curitas. Entonces pensamos. Y solo eso hacemos. Entonces pensamos más. Eso me duele y me río porque no sé que otra cosa hacer y temo. Temo que caigan sus pedazos por el suelo. Ya nadie podrá juntarlos. Entonces ¿qué hacemos? Hagamos algo. Ahora. Nadie entiende, nadie sabe, si sus pedazos se pierden, yo me perderé también.
7 comentarios:
Tal vez las grietas ayuden un poco a mirar hacia el otro lado, por esas líneas abiertas que dejan traspasar un poco de luz. Las rajas, de alguna u otra forma, suelen mostrar lo que está oculto, lo que está vedado a nuestros ojos por la simple naturaleza de la creación del otro. Hasta que no se quiebra no podemos observar el interior. ¡Abrete Sésamo!
¿Y si no nos gusta lo que pispeamos desde adentro? ¿Qué tal si se termina de abrir y caemos al vacío?
Hay que animarse, sino las sorpresas gratas nunca apareceran...
Estoy de acuerdo con Kinski, siempre hay que animarse, a veces lo que no nos gusta también nos enseña algo, de todo se aprende.
anngiels
Si, abrirse suena bien, separar a veces necesario pero "romper" nunca es bueno...
Realmente no entiendo ni nunca entendí la poesía. Con mis disculpas!
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