
No es tan fácil como parece, no está tan bueno como se ve. No acabó. Pero tampoco se volvió a empezar. Se quebró. Está rajada por donde la mires. Cuesta remendarla. No se llena por esto. Todo se escapa por sus grietas. Nadie lo asume. Nadie se mueve. Acaso no nos damos cuenta que no tenemos que dejar de movernos pensando que si queda todo intacto no se terminará de romper. Necesitamos movernos desde la cabeza hasta los pies, desde adentro hacia afuera. Trabajar. Pero no tenemos ni la mínima idea de donde sacar suficientes curitas. Entonces pensamos. Y solo eso hacemos. Entonces pensamos más. Eso me duele y me río porque no sé que otra cosa hacer y temo. Temo que caigan sus pedazos por el suelo. Ya nadie podrá juntarlos. Entonces ¿qué hacemos? Hagamos algo. Ahora. Nadie entiende, nadie sabe, si sus pedazos se pierden, yo me perderé también.